Yo no sé de tu amor, menos de él que de ninguna otra cosa, pero mi corazón sí, te lo dice. No puedo hacer más que dejar que el tiempo siga, no puedo contenerlo, ¿para qué?
De mi cuerpo brotan cascadas de hielo y fuego que te siguen. Eres como el Pacífico, "Ola verde" en tus ojos, tan fuerte, tan impasivo. Llegas en mareas atribuladas. Vas lamiendo cristales afilados de mil ojos que te miran, te deslavan.
Regresan a ti, el silente, pensamientos y el mar que se reintegra gota por gota. Invoco al sol y la noche para que hagan su trabajo, que destemplen las rocas, las que el tiempo ha hecho, las del miedo, ¡qué las rompan!
A CDRR
15 abr 2010
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