27 ago 2006

caso omiso





Ya amaneció, está sola y de pronto siente que “ser así” debe ser bueno.

Despacio hace un esfuerzo por levantarse. Ahora en pié. El café hierve.

No se quema la boca y le arden los labios.

Sale a la calle mojada de hastío, la gente en domingo suele dormir. Ella aparece cuando no hay nadie, se deja de andanzas.

Sólo no ve. Se cruza con él, con “los otros él” que puede haber. No les dice nada, sólo no responde a las miradas.

Hace que sus pasos sigan, mientras algo de sí se queda ahí parada como queriendo que le digan algo … más

-“La calle está llena de ti, de tantos tu, que no me atrevo ni a mirar”.

Impávida, acorazada, sigue. Ya no hay voz que la detenga, y su marcha se vuelca hacia el lado opuesto de la acera. Observa, toma una imagen y a otra, las suelta; a todas las va dejando como para que alguien más las mire...

Está en el centro nuevamente y la gente que la espera, esperará…

De frente unos ojos cafés la detienen.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Reparando en que habia mas alla del nick me tope con su blog. Que sorpresa tan agradable. Confieso que no lei todos los textos, pero me basto una ojeada. Entrañables, no cabe duda, tan sabrosos que los docificare. Esa foto (si no me vuelve a traicionar mi memoria) esta tomada desde la esquina del callejon Condesa y Madero.

Saludos y siga subiendo textos.

¡Sí!

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