1 ago 2006

El lenguaje de la vida es el presente




"El teatro es una actividad artística, esencialmente colectiva.
Una producción simbólica de la realidad del ser humano en cuyo proceso de creación intervienen otras disciplinas, pero no obstante, posee su propia independencia.
Su especificidad consiste en la acción dramática y su representación."

No conoció mucho a Rodolfo Valencia, sin embargo sabe de él y su filosofía del teatro y de la vida por dos de sus alumnos, César y Mónica. Nada es de extrañarse que en una disciplina como esta las fibras más sensibles de las personas salgan de pronto a relucir. Ese fue el caso... "El viejo"-como le llamaban- es ya una figura mítica para muchas personas. Creador e investigador en el ámbito de la actuación; era un leal compañero en las charlas de la cafetería.

"El Maestro Valencia", como se le conoce en la Facultad de Filosofía y Letras, era un hacedor del presente en escena; Sergio Santiago Madariaga decía que siguiendo las líneas del mejor teatro en México siempre se llegaba a él...

Fue mucho, todo lo que pudo tocarla alguien como él. Una tarde de sol intenso, calor y la casa comiéndose un pastel y sus palabras. El café chorreaba por la piel, César tendría veinticinco.
De esa ocasión (y ya de tiempo atrás) le quedaba uno de los mejores aprendizajes que hubiera tenido: "Viva su presente maestra!", decía el viejo Valencia. Lo retomó después de noches y noches de insomnio tratando de decifrar lo que el profesor dejaba en la cabeza de su hermano; eran entonces Hamlet, Otelo y Medea las figuras a quienes desentrañaban.

"El hermano que pierde al padre"-dijo entre labios-. Y sí, a uno de ellos por lo menos. Hace poco estuvo a punto de perder al otro, al que compartieron desde antes; ese dolor hubiera sido más intenso para ambos.

Hoy no pudo evitar salir corriendo. Llamó a casa cuando en la entrada del edificio donde está la efigie de Atenea se topó inesperadamente con un anuncio que a la letra lamentaba el deceso del anciano maestro.

Habló con Jorge, le dijo que todo el mundo estaba enterado (como siempre, todo el mundo menos ella). Trató de encontrar algún rastro que le indicara su fallecimiento para colocarlo en algún sitio a modo de homenaje, pero nada: "Parece que el mundo está destinado a olvidar".

"Aquí nadie olvida!"-y lloraba-. "El viejo no sabe que me ha hecho llorar esta tarde su ausencia, casi lo escucho diciendo en una mañana de clase: "El teatro es liberación", "Vivase en el presente maestra! "¡Haga de este momento su realidad y tire lo demás!"

El 24 de Julio, el viejo Valencia echó a andar, "y se fue a la siguiente brigada teatral", esta vez no se sabe dónde...

"En el fondo se ve a un hombre viejo que camina sin volver la mirada, sus pasos se hacen firmes por el uso del bastón. -Sale por piernas- Se apagan las luces, cae el telón...".


A Rodolfo Valencia, por haber sido el maestro de mucha gente, quienes todavía no saben que él lo fue, pero viven sus enseñanzas.



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