31 mar 2007

VUELTA, VUELA, CORTE Y QUEDA


Lo que ha sucedido no es cosa menor. Dejó retrasadas miles de letras por hacer un lugar en el centro de su vida, por vivir. Justo a la mitad de toda ella aparece él. Una noche de mitad de mes, un mensaje, un par de cafés, un escape de madrugada y un canon de luciérnagas les iluminaron los pasos por la vieja colonia de donde él escapó.

Dice que a la mitad no hay más camino andado que el que queda por recorrerse. Que es un lugar donde no se puede decir que nada ha pasado, pero tampoco se niegan las posibilidades de futuros compartidos.

El miedo se apoderó de ella al darse cuenta de que era domingo, y debía haberse ido un viernes cinco meses atrás. La invitación estaba hecha: "Quédate" -le dijo-, y su libertad la hizo permanecer.

En su casa los fantasmas abundaban, solían caminar por los rincones de las ventanas, lo supo cuando llegó, y no dijo nada. Ella se puso la ropa del muerto, y usó sus sandalias. Y qué si ella está con él?


Desempolvó un poco la breve cornisa interna del espacio entre la cama y el cristal "Las piedras no se tocan cuando no son propias"-dijo-. Una tarde el viento y la cortina se confabularon, hicieron rodar al mezcalito. Él se molestó pensando que había sido ella quien lo había hecho. Más tarde se dio cuenta de quienes habían ocasionado el destrozo...

Una noche él le pidió que exorcizara los fantasmas, ella nunca se ocupó, sabe que esos -los fantasmas- suelen vivir en la espalda de quien es incapaz de descargarlos. Prefirió esperar a que un día dejara de tronar el piso de la manera intrusiva en que lo hacía, todas las noches le rompía el sueño. Mientras él dormía.

Luego, por la mañana, él se levantaba organizando el mundo que ve. Fueron noches y noches de insomnio. estaba agotada de librar batallas nocturnas.

Llegó ahí cansada de su propia vida, necesitaba descansar de sí, de sus años de luchas que nadie veía ganadas. Para luego entrar de frente a los desvelos de no aterrizar en su nueva realidad común.

Perduró su miedo, pero no por un afán de desgano, sino por no saber qué hacer con la maravillosa oportunidad de crear, no sabía qué responder ante una sonrisa tan cálida y el encanto extraño que tiene su tono de voz cuando le habla de frente. Hay un vértigo que se le resbala todavía ahora por la mente, es un sentimiento difícil de entender: Ubicar claramente que se puede "hacer"... Pero, ¿qué es eso? Tratar de saberlo, fue lo que la hizo quedarse.

A poco las resistencias fueron quedando lejos, pero no fue sencillo, alguien que no cree tenía que atisbar nuevas formas, nuevos ejemplos de cómo vivir -con él- impregnándose con gusto de premisas nunca aceptadas. Y lo que era en apariencia lo más cercano a "la desbandada", se convirtió en la más firme convicción de permanecer, tener una vida juntos, alguien a quien darse en cotidiano.



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