10 jul 2007

Ἄτροπος

Aisa camina por su centro, y corta las hebras una-a-una, despacio con las aborrecibles tijeras de lluvia que Nix le regaló.

Cloto y Láquesis vienen en el asiento de atrás, cierran los ojos mientras las calles lloran. Átropos sigue de frente por Cinco de febrero, luego a la derecha hacia la fuente. Nix le habla al oído, le dice que cabalgar en el agua no le hará mal. Pronto se diluye en el abrazo de tiempo donde Odiseo la lleva lento.

Poseerse, dejarse atraer a la noche, bailar, cantar. Un cigarro: algo de fuego para purificar. Se van desdeñando elementos: Nada de letras, sólo la música y voz-sos...

1 comentarios:

Felipe Cona dijo...

Y saqué mi pistola. Le apunté a la cabeza mientras lloraba por su vida. Boté el humo de mi cigarro. Y me fui dormir pues hacía demaciado frío como para esforzar mi dedo para jalar el gatillo.

¡Sí!

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