Ensueño de Durango,
sentada a la mesa de cantina con el hombre del desierto
Desespera.
Está poblado.
Tiene plaga de mi.
Se satura.
Se acomoda.
No quiere saber, se hace a un lado.
Mira y corrige la imagen.
No es a mi a quien quiere ver...
"Si no te gusta lo que ves, mira a otro lado".
No es metáfora.
Pido un ginebra y traen dos,
todo se siente menos,
el alcohol arbitra.
Un móvil-mensaje, un salvavidas.
Sólo se mira, no hay respuesta.
Y ahora pregunta por mi defensiva.
Respuesta lógica. Lo que sucede.
Aprendo a descansar.
Me quito,
me pongo.
Ya estamos lejos de poder hacernos daño.
El pie está adormecido,
ya no hay Talón de Aquiles.
9 ene 2008
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