El  jueves pasado  estaba  yo "muy canchera" y en "mis dominios habituales", tranquila, tomaba un café  en la calle de  Donceles 90 y  tantos, cuando una imagen apocalíptica se  me  hizo presente. No, no  eran los  marcianos, tampoco una manifestación en contra de  la Reforma Energética, tampoco  la "venida del  señor" -sin ...don-.  Era la PFP  en  pleno,  que haciendo alarde de su gran  capacidad intimidante recorrió mi ángulo de  visión de  primera  fila en la mesa  del café.
Cerca de treinta segundos  después, conté el  séptimo camión  y caí en la  cuenta de  dónde  estaba. En mi confusión llegué al punto clave -de suponerse-, era  un operativo, de qué? No  lo sé. Tomé   mi  bolso  y a "mi  amiga cafetera en turno". La  hice  recorrer  el diminuto  establecimiento hasta  llegar a la cocina donde atisbé la puerta  trasera, y  un patio  interno  con escaleras, busqué  rutas de escape -es claro-.
Todo mi cuerpo estaba  en tensión  incontrolable, lo  único que  quería  era  mantenerme  fuera del alcance visual de cualquier uniformado con capucha,  y de  todo contacto con  lo que sucedía en el dominio de "los señores"  presentes.
En pleno Centro Histórico de la Ciudad de México,  dejaron de  pasar  autos pitando en  el tráfico  de  medio día. Vi  descender  de  sus "neo perreras"   a hombres con pasamontañas, desfilaron apresurados con sus armas de alto calibre que sobrepasaban  sus  cabezas -y las de  cualquiera-. Sus  voces  eran  lo  único que se  anteponía al ruido de  la  aplanadora que  "daba y daba" del otro lado de la acera. Luego, la  imagen  de civiles al margen  del cerco policíaco comenzó, no dejaban pasar a nadie.
Para ese  momento el dueño del  café  había cerrado la  reja de entrada del lugar, y Norma me había  dicho  por lo menos cinco  veces: "Cálmate Rosa! NO pasa  nada, a ver ven... " Y me sentó en la  barra intercambiando su lugar por  el mío, para que no  pudiera  ver  hacia  afuera.
Mi  pesadilla  fue completa cuando el asombro de todo  el mundo pasó y comenzó el chisme. El joven dueño abrió de nuevo la entrada-salida, para que instantes después uno de los PFPos entrara al  café. Detrás de  Norma estaba la  figura de un hombre  uniformado  como de 1.90 metros, que pidió  algo al  hombre detrás de la barra. Mientras le servían, ambas entramos en su campo visual. La  tensión se hizo de  nuevo, y se  notaba.
Yo veía al dueño del café con angustia, y este atendió al tipo lo  más  pronto que  pudo. Lo que  es  el lenguaje no verbal, no? Cuando salió, y  para "dejar huella de  su paso  por mi  vida" el  PFPo tuvo a mal  rozar mi espalda  con su codo. Todavía  siento  el asco, y mi  memoria  celular  me  dice que lo recordaré  por mucho tiempo.
A su salida, asentí con mirada agradecida al buen tendero, y seguí hablando con Norma. Traté de disculparme  por  mi actitud,  pero  era  necesaria. Miriam dice que es un instinto,  que el arrebato  fue  por ponerme a salvo. Y bueno, tomando en cuenta los  antecedentes  belicosos y de  abuso que hacen la historia de este cuerpo paramilitar... el instinto (como tal) debía salir.
En la línea donde se  juntaban la barra  del  local y  el dispositivo policíaco, un hombre como de cuarenta  y  algo comenzó a protestar por que no se permitía el paso a transeúntes. Habló del  libre  tránsito, de  derechos constitucionales, y  una mujer se le acercó para decirle que  los agentes  "cumplían con su deber, que no  dijera  nada  más". Se me revolvió el estómago y  comencé a  ponerme fría, la  presión no me dejaba escuchar  bien, sería el efecto del café  del que me quedaba sólo un sorbo.
Tardé en reponerme, por eso es que  hasta  hoy puedo describir  lo que  ha pasado. Ayer  por la madrugada, en ese afán  que  me domina por las noches,  y volviendo a  otro de mis  instintos, uno que  se  torna  casi compulsivo  por  "saber",  me hizo revisar los diarios.
Después de  tomarme  dos  litros de jugo  de  naranja  y uno  más de  agua (por aquello de  la  cruda  que  da  en la  madrugada, aunque  no bebas alcohol),  llegando al último litro, hice  de nuevo la búsqueda de varios periódicos que publican  todos  los días  por internet.
"La  cosa" me vino en pares,  hace  dos  años, hace cuatro, hace ocho... En 2000 se inaugura  la PFP  con "Asalto a CU";  en  2004 la  "mano dura" y "el brazo largo de la  ley" (que no de la justicia) se  hizo presente en Guadalajara con elementos de la PGJEJ, ese mismo día "la nota" era la declaración del -desde entonces- presidente de Colombia Álvaro Uribe sobre las negociaciones con las FARC ( y ELN), donde México "cerraba las puertas al terrorismo" y "abría las puertas a la paz".
También argüía "... la definición de México contra el terrorismo, su permanente deseo de contribuir a la paz, constituyen un conjunto de elementos que para Colombia son muy estimulantes..."
En ese momento se  dibujaban el  intercambio bilateral a nivel comercial  con el Plan Puebla-Panamá y  su ida  en comparsa  a los  foros  multilaterales... "A sombrerazo limpio" quisiera que alguien le recordara a Uribe la  buena  fe que depositó en  éste país al cual ha  agredido tanto durante este año, eso o "le  retiren los estimulantes" definitivamente.
En 2006, dos  años después,  va de nuevo la PFP ahora en Atenco. También en Oaxaca por allá del fin de año; las y  los  protagonistas sujetos de  operativos de  la  PFP y las policías  estatales en todos los casos eran en su mayoría jóvenes, aunque arremetieron contra  todo  lo que se moviera y pareciera humano.
A mí,  me  regañaron por actuar como  lo hice la semana pasada. Pero, no  puedo  olvidar  que fue la PFP junto  a  la policía del  Estado de México los que  abusaron de  su poder a  todos los  niveles, y también quienes violaron y  torturaron mujeres  a las que todavía  no se les  hace justicia,  y tienen que  llevar sus  casos a cortes internacionales
Cuánta  memoria nos  falta? Cuánto más  hay que documentar el terror?
Mi  insomnio  habitual se agudizó este  fin de semana. En mi cabeza  todavía está esa  imagen a la que no  dejo de remitirme cuando recuerdo una charla  con mi amigo El rufián melancólico :  "Este  país podría haber sido 'bueno' para vivir ".  No me acostumbro a la militarización  que  se extiende como "la  mancha  voraz" -que es-.
Tengo en la memoria a Jorge Castañeda que se junta  con Gutierrez Vivó, para  hacernos una apología de  lo que nos esperaba refiriéndose al conflicto oaxaqueño y  el plantón posterior a las  elecciones de 2006 en Reforma. Nos perfilaban la  creación de un cuerpo policíaco  nacional que  respondiera a los brotes de  protesta y este sería pagado con las  reservas de petróleo que entonces eran de diez años...
Y volviendo a Guanatos, estén al  pendiente del  articulo  40 Constitucional que considera la República laica, y el articulo 130 que considera los principios históricos de laicidad del Estado y de separación  del Estado y las iglesias.
Por lo pronto y mientras mis catastróficas visiones  siguen, defino que será  hasta el último día de mi vida  que luche por mí libertad, espero entonces compartirla con ustedes.
30 abr 2008
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4 comentarios:
Oye?
Mil gracias!
Eso pasa cuando una no duerme... Y cuando duerme -también-.
lo más terrible de tu crónica es cuando la mujer dice que los milicos "cumplían con su deber". Cuando a la gente común se le va haciendo normal la presencia de las fuerzas armadas e incluso les aplaude, ya se presiente la normalidad de la militarización que precede a un régimen dictatorial. Insisto: hay que ir planeando el exilio. Yo meteré solicitud en Argentina: carne y más carne, y tango of course.
De: Edgar Vega
Fecha: 1 de mayo de 2008 18:19
Asunto: Re: Mayo no es buen mes... o "Mayo me recuerda a madres"
Para: Rosa Salazar
"y entonces el gran hermano te hablo y te dijo que eras la elegida no???
ya deja de hacerte chaquetas mentales.
que es todo lo que haces..."
sos increible. por donde se te mire
lo que veo tambien que te ha impactado mucho todo.
ponele alf a tu vida si necesitas proteccion ahi estare toallon en mano.
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